13/12/15

Sexualidad en adultos mayores: mitos y realidades [13-12-15]


Sexualidad en adultos mayores: mitos y realidades

Nuestra sociedad, tan apegada a los estereotipos, se empecina en desconocer la realidad y despojar al adulto mayor del derecho al amor y a la sexualidad. Una de las de las creencias habituales es la de suponer que la menopausia lleva a la extinción del deseo sexual, y que la imposibilidad de engendrar en el hombre es sinónimo de impotencia.

El estereotipo entonces indica que ser “viejo” es ser asexuado; sin deseos ni atractivos. “Nos inculcan esto de pequeños, y desde ahí en adelante tenemos pavor a la senectud y a todo lo que ello que ésta conlleva, dice el Dr. Moisés Schapira, Director Médico de Hirsch, Centro de Excelencia para Adultos Mayores y Rehabilitación.

“De la misma manera, creemos que los placeres emocionales y psicológicos de la intimidad, las caricias y el contacto de la proximidad física, los éxtasis del acto sexual o el orgasmo, están reservados a los cuerpos plenos de juventud y a los primeros años de la madurez. Tales imágenes y suposiciones continúan manteniéndose a pesar de la documentación de lo contrario y aún, el creciente reconocimiento de los ancianos, como personas llenas de necesidades, deseos y capacidades asumidas. Una vida sexual normal y rica en experiencias es la garantía para que la actividad sexual se prolongue en la adultez mayor”.

Si bien es frecuente que al envejecer aparezcan limitaciones, producto de cambios fisiológicos y la aparición de enfermedades, los ancianos permanecen como seres sexuales hasta edades avanzadas, y sus deseos y necesidades de afecto continúan vigentes. Como parte del amor, existe la comunicación física, y tanto el hombre como la mujer ancianas son capaces de tenerla y complementar la comunicación espiritual, intelectual y recreativa, con contactos de intimidad, que serán ricos y estimulantes cuando prime el respeto y la espontaneidad.

A pesar de ello, el prejuicio social subsiste, y muchas veces nuestra sociedad contribuye con su cultura al retraimiento, considerando inadmisible y ridícula la sexualidad en edades avanzadas, creando una serie de estereotipos y mitos dentro de la población. Los temores al “que dirán”, la ansiedad por el eventual déficit en el desempeño, los problemas de salud con sus limitaciones físicas asociadas, la baja autoestima, la depresión, entre otros, son algunos de los factores personales que pueden afectar a la expresión sexual.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario