7/6/16

Un tercio de los paciente mayores lleva un acompañante al médico [7-6-16]


Un tercio de los paciente mayores lleva un acompañante al médico

Un estudio encontró que esto mejoraba la satisfacción con la consulta en 15 a 19 por ciento

Más de un tercio de los pacientes mayores de Medicare llevan a un acompañante con ellos para las consultas médicas de rutina.

Y los pacientes que son acompañados en tales consultas tienden a estar más satisfechos con ella, según un estudio que aparece en la edición del 14 de julio de la revista Archives of Internal Medicine.

"Me parece que es una idea fabulosa [llevar a un acompañante a las consultas médicas]", afirmó la autora principal del estudio, Debra L. Roter, profesora de conducta de salud y sociedad de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Johns Hopkins en Baltimore. "Y ahora tenemos una idea muy buena de las intervenciones, ideas que pueden ayudar a acompañantes y a pacientes a prepararse para su consulta de manera más proactiva y eficaz. Las consecuencias parecen ser especialmente valiosas para esas personas mayores que por lo general se perciben como más vulnerables, las más enfermas, las de más edad y las que tienen menos educación. Esa es la gente que parece beneficiarse más de tener a alguien con ellos".

Un estudio anterior liderado por Roter también había indicado que era común que los adultos mayores llevaran a alguien a las consultas médicas, por lo general el cónyuge o un hijo adulto.

"Encontramos que los acompañantes en realidad hacen muchas cosas útiles para el paciente, pero nuestro estudio era solo uno y relativamente pequeño", apuntó Roter.

Roter y una colega decidieron analizar una población más grande de 12,000 beneficiarios de Medicare habitantes de comunidades que tenían a partir de 65 años de edad y habían participado en una encuesta en 2004. Roter había redactado varias de las preguntas de esa encuesta anterior.

Muchos de los hallazgos concordaron con el estudio anterior de menor tamaño.

Aquí, el 38.6 por ciento de los participantes afirmó que generalmente estaba acompañado en las consultas médicas de rutina. Los que eran acompañados por lo general eran mayores, tenían menos educación y tenían peor salud.

Los acompañantes podían ser el cónyuge (53.3 por ciento), hijos adultos (31.9 por ciento), otros parientes (6.8 por ciento), compañeros de vivienda, amigos o vecinos (5.2 por ciento), personas no emparentadas (2.8 por ciento) o enfermeras, ayudantes de enfermería o funcionarios legales o financieros (menos de uno por ciento).

Más de 60 por ciento de los acompañantes ayudaban en la comunicación entre médico y paciente al inscribir indicaciones (44.1 por ciento), dar información sobre las afecciones o necesidades médicas del paciente (41.6 por ciento), hacer preguntas (41.1 por ciento) o explicar las indicaciones del médico (29.7 por ciento).

Los pacientes que eran acompañados en las consultas se hallaban 15 por ciento más satisfechos con las habilidades técnicas de su médico, 19 por ciento más satisfechos con el suministro de información del médico y 18 por ciento más satisfechos con sus habilidades personales en comparación con los pacientes no acompañados.

"Esto nos dice que se trata de un fenómeno nacional", apuntó Roter. "Por lo general estos acompañantes son muy activos, no se limitan a estar en la sala de espera. Entran al consultorio con el paciente y participan en el proceso de comunicación de manera útil".

La autora del estudio, Jennnifer L. Wolff, profesora asistente de política y gestión de la salud de Bloomberg, espera que los hallazgos llevarán a más investigación sobre mejores maneras de aprovechar las consultas con acompañante.

"Este estudio es importante en términos de pensar sobre el papel del acompañante a la consulta, tanto en el encuentro como fuera de este", apuntó. "No comprendemos muy bien los papeles que los cuidadores de la familia desempeñan en los procesos médicos. Sería muy emocionante relacionar esto con temas de seguridad, por ejemplo, reacciones adversas a fármacos o la adhesión a los medicamentos. Teóricamente, tiene sentido que cuando un adulto mayor tiene a un cuidador de la familia que participa activamente en el proceso de atención de salud, debe haber algunos resultados beneficiosos".

Otra experta estuvo de acuerdo pero ofreció una nota de precaución.

"Esto ha llevado la ciencia al próximo nivel al cuantificar los hallazgos, y hacerlo con más gente", afirmó Marcia G. Ory, profesora de salud social y conductual de la Facultad de salud pública rural del Centro de ciencias de la salud Texas A&M en College Station. "También observa las funciones de los acompañantes".

"Hay implicaciones para los profesionales clínicos y para los acompañantes además de para el paciente mayor", añadió Ory. "Los médicos necesitan saber cómo interactuar apropiadamente [con el acompañante]. El acompañante necesita comprender su papel. También es importante que el paciente reciba el mensaje de que es, al final, responsable de su propia atención de salud, pero no lo hacen en el vacío. Viven en familias".

"En el pasado, hemos ignorado una tercera parte, pero tampoco es deseable que el péndulo oscile e ignoremos a los pacientes mayores", aconsejó Ory. "Lo que permitirá mejor calidad de la atención es ese equilibrio delicado".

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