8/11/17

Cómo prevenir las caídas en el adulto mayor [8-11-17]

Cómo prevenir las caídas en el adulto mayor

Pueden cambiar la vida de la persona y de su familia, pero la buena noticia es que hay situaciones y condiciones que las hacen predecibles y, por lo tanto, evitables.
 Las caídas son un temido problema para las personas mayores, pero la buena noticia es que con frecuencia son evitables y que, además, en no pocas oportunidades podemos predecir la posibilidad de que ocurran dentro de los seis meses posteriores a una evaluación.

¿Cómo es posible evitarlas? Con estrategias de promoción de la salud y de prevención de enfermedades. Es la conducta deseada, ya que una caída puede producir un deterioro importante en la calidad de vida de la persona, además de generar altos costos y llevar potencialmente a la muerte.

Es importante abordar el tema desde un cambio de paradigma, alejado del modelo del daño, modelo medicalizado, focalizado en las enfermedades, mermas y déficits. El desafío es entrenar la mirada en las capacidades funcionales, potencialidades y reservas.

Debe aumentar la observación y atención minuciosa en todo lo que sí puede realizar la persona añosa, con o sin patología. Se trata de resaltar las capacidades para afrontar situaciones y las competencias sociales e individuales, sin desconocer los aspectos de disminución fisiológica o patologías. Para ello, desde el área de rehabilitación debemos apoyarnos en el “saber hacer” de los viejos y de los profesionales.

Se entiende por caída cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo, contra su voluntad. El mayor porcentaje de ellas suele producirse durante la realización de las rutinas diarias y no en la ejecución de tareas inusuales o “peligrosas”.
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Las caídas más frecuentes se producen cuando la persona mayor se inclina o se levanta de la silla o durante los desplazamientos y, también habitualmente, cuando se levantan por la noche.

Tampoco son excepcionales las caídas en los paseos o mientras realizan consultas o trámites, debido a la falta de accesibilidad (veredas desparejas, pozos, escalones muy altos).

En la etapa del envejecimiento el objetivo clave es mantener la independencia y autonomía. La independencia funcional es la capacidad de cumplir y realizar determinadas acciones, actividades o tareas requeridas en el diario vivir. “Autonomía”, en tanto, y dicho de modo sencillo, implica la posibilidad de vivir la vida según el plan que cada persona haya trazado.

En condiciones de salud, los adultos mayores no deben permanecer en cama más que para el descanso. Igualmente, se debe alentar a aquellas personas con patologías a desarrollar movimientos, por mínimos que sean. Si están en cama, pasar a sedestación. Si están en silla de ruedas, avanzar hacia la bipedestación, y así intentar siempre una instancia de mayor movimiento.

Cualquier sea su edad, es capital mantener las actividades físicas, la motivación, la inclusión y la inserción social. El control de la dieta para evitar sobrepeso y las actividades rehabilitativas deben implantarse en forma precoz.

Los grupos con mayor riesgo de caídas son aquellos que sufren la disminución del equilibrio, de la fuerza y de la flexibilidad. Por ejemplo, personas que tienen afecciones neurológicas, amputación de miembro inferior, enfermedades agudas y disminución de la conciencia por medicamentos, entre otras.

Pero también deben considerarse factores de riesgo aquellos que están asociados con factores ambientales, como las barreras arquitectónicas, urbanísticas o de la comunicación y que, en su mayoría, pueden corregirse con facilidad.

Entre los factores más frecuentes están la iluminación inadecuada o deficiente, las superficies de suelo irregulares o resbaladizas, la presencia de escalones o de una bañera inaccesible, entre otros.

En el contexto del tratamiento global del adulto mayor, debe realizarse en forma conjunta la evaluación diagnostica, la identificación de la deficiencia funcional acompañante y, por sobre todo, de las potencialidades y capacidades residuales.

En general, se suele hacer el tratamiento de la consecuencia de las caídas y, en ocasiones, no se evalúan las posibles causas, falencia que suele ser motivo de nuevas caídas.

Es fundamental identificar las razones de la caída y sus posibles riesgos, teniendo en cuenta que aún en los casos en los que no se acompañan de lesiones graves, suelen reducir el nivel de actividad por el temor a que se repitan. Es por ello que se recomienda, desarrollar cualquier movimiento corporal repetido destinado a   recobrar o conservar la salud.

Principios rehabilitativos

Mantener máxima movilidad y potencia muscular.

Lograr independencia.

Mantener y desarrollar actividades de la vida diaria.

Prevenir la invalidez y deformidades.

Anular el dolor.

Mejorar el humor, la autoestima y los vínculos intergeneracionales.

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